Hacerse autónomo es una opción que cada vez escogen más personas. De hecho, más de tres millones en España han optado por el autoempleo. A día de hoy, empezar a trabajar por cuenta propia es más sencillo que hace unas décadas, ya que los trámites son más sencillos y los puedes hacer de forma remota. Si estás pensando en darte de alta y no tienes muy claro el proceso, te interesará lo que te vamos a contar.
¿Qué implica ser autónomo?
Antes de darse de alta como autónomo toca valorar si realmente esta es la forma de trabajo que mejor se adapta a la personalidad de la persona. Si eres emprendedor y te apasiona la idea de ser tu propio jefe, desde luego has nacido para trabajar por cuenta propia.
Pero no olvides que al darte de alta en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) también vas a tener que asumir una serie de obligaciones. Entre ellas, las más importantes son pagar la cuota de cotización a la Seguridad Social cada mes y presentar las autoliquidaciones trimestrales de IVA e IRPF.
Diseña tu plan de negocio
Antes de lanzarte a hacer trámites es importante que diseñes tu plan de negocio para examinar si, de verdad, tu idea puede llegar a ser rentable. Para ello tienes que estudiar detalladamente el mercado y a tu competencia, así como definir muy bien el tipo de producto o servicio que vas a ofrecer. Si no sabes por dónde empezar apúntate al curso de modelo de negocio. Con nuestro curso de modelo de negocio, basado en herramientas como el Business Model Canvas de Alexander Osterwalder, el customer development y lean start-up, aprenderás a crear un negocio firme que genere valor para tus clientes.
¿Tu plan de negocio dice que tu idea es viable? Entonces es hora de seguir adelante con tu proyecto, busca financiación y ponte en marcha para empezar a vender lo antes posible. Eso sí, recuerda que para la fecha en que empieces a trabajar ya tienes que estar dado de alta en el RETA y en Hacienda.
Trámites para ser autónomo
Aquí tienes los diferentes pasos y situaciones que debes conocer para regularizar tu situación y poder trabajar y facturar de forma legal.
1. Alta en la Seguridad Social
Los autónomos tienen su propio régimen de cotización dentro de la Seguridad Social, el RETA. Para poder trabajar por cuenta propia tienes que estar dado de alta en el mismo.
No importa cuánto dinero ganes con tu actividad. Si la ejerces de forma habitual, entonces es obligatorio que te inscribas en el RETA.
Puedes darte de alta en la Seguridad Social hasta 60 días antes de iniciar tu actividad. La forma más rápida de hacerlo es la tramitación online y cumplimentando el DUE, que implica hacer el alta en el RETA y en Hacienda a la vez.
En caso de que cumplas los requisitos para poder acceder a la bonificación de tarifa plana, esta se te aplicará directamente, no tienes que solicitarlo. Aun así, al darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos tienes que elegir tu base de cotización, el cual se empezará a aplicar cuando agotes la tarifa plana.
No olvides indicar tu número de cuenta al cumplimentar el formulario de alta. La Seguridad Social te lo pedirá para cobrar la cuota de cotización cada mes.
Con la nueva normativa al darte de alta o de baja del RETA, solo tienes que pagar en ese mes los días efectivamente trabajados. Pero, si cursas el alta una vez que ya estás trabajando, entonces tendrás que pagar todo el mes. Además, el alta extemporánea implica perder las bonificaciones a las que tuvieras derecho, incluida la tarifa plana para autónomos.
2. Alta en Hacienda
Para hacerse autónomo hay que comunicarle a Hacienda que se va a empezar a ejercer una actividad económica. Es precisamente esta alta la que te va a permitir emitir facturas por los productos vendidos o los servicios prestados. Se hace a través de los modelos 036 y 037.
Una de las decisiones importantes que tienes que tomar es en qué epígrafe del IAE (Impuesto de Actividades Económicas) vas a darte de alta. En función de cuál elijas, tendrás que cumplir diferentes obligaciones en cuanto a aplicación del IVA o de retención de IRPF en tus facturas.
Aunque lo recomendable es estar dado de alta solo en un epígrafe, no hay ningún problema con cursar el alta en varios. De hecho, puedes cambiar el epígrafe del IAE siempre que lo consideres necesario.
3. Afecta tu vivienda a tu actividad
Cada vez es más habitual que los autónomos trabajen desde su domicilio. Si es tu caso, recuerda afectar tu vivienda a la actividad. Esto se hace mediante una comunicación censal a Hacienda.
La ventaja es que si lo haces así puedes deducirte parte de los gastos de los suministros de tu vivienda.
4. Solicita las licencias pertinentes
Si en lugar de trabajar desde tu casa lo haces desde un establecimiento abierto al público, tendrás que solicitar las licencias administrativas pertinentes al Ayuntamiento, según el tipo de actividad que vayas a desarrollar.
Hacerse autónomo es un trámite sencillo y rápido. Puedes hacer los trámites de forma remota y en un solo día. No obstante, si lo ves complicado, cualquier gestoría puede encargarse de hacer el papeleo.