Soy padre, artesano digital y “puenteador” profesional de personas. Mi deporte favorito es que Teo y Matilda me gamifiquen el fin de semana, también coger de la mano a la gente y acompañarle hasta la siguiente pequeña solución a la que quiera ser conducid@.
Me gusta infinito (salvando el tema de la “casquería” de las pelis de Tarantino) los tipos como el señor Lobo.
Me explico. Aunque no me siento incómodo en los escenarios, los centros de atenciones y en potenciar mi voz cuando toca… La simpleza, el anonimato y la efectividad del personaje, unido a un trato directo pero sutilmente íntimo y cercano; me alinean al cien por cien para intentar imitarle como maestro/artesano/educador.
Señor Lobo educativo: “Vine a compartir vida contigo. Pero serás tú quien aportes soluciones ti mism@. Con nuestros propios medios, con el máximo provecho y el mínimo tiempo compartido para que llegues a tu siguiente escalón”.
Lo curioso es, desde que aplico conocimiento al estilo señor Lobo, encuentro relaciones más intensas y duraderas en el tiempo, retroalimentando aún más los aprendizajes de ida y vuelta. Economía circular de la educación, vamos.
~~~~