Siempre he tenido ilusión por generar un cambio positivo en la sociedad y mejorar aquellas cosas que no me parecían justas o que consideraba que se podían hacer mejor. Esta gran ilusión y espíritu emprendedor me llevó en primera instancia a subirme a los tribunales como abogada y ejercer la justicia, desde el punto que consideraba en ese momento, la mejor herramienta para ayudar a otras personas. Con el paso del tiempo, me di cuenta que la mejor herramienta que podía dar a las personas para mejorar su calidad de vida, no era resolverle sus problemas, sino enseñarles a resolverlos por sí mismos.
Por ello, me adentré de lleno en el mundo de la Mediación, Educación emocional, CNV y Psicología positiva, para enseñar a las personas a gestionar sus emociones y poder mejorar su calidad de vida, adquiriendo competencias emocionales como elemento fundamental del desarrollo humano, con el objetivo de capacitarlos para la vida y de aumentar su bienestar personal y social.
En 2017 Fundé Brave UP Europa! para poder ofrecer todo aquello que había aprendido y que considero fundamental para un avance en sociedad a nivel mundial. El primer año de emprendimiento, gané el premios de Mujeres Emprendedoras de la Comunidad de Madrid, en el 2018 entre en el SEk Lab y en 2019, gané el premio de Empresa Referente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible por el Objetivo número 4. Educación de Calidad, organizado por la Fundación Rafael del Piño. Además, de otros muchos premios conseguidos en Latinoamérica por Álvaro Carrasco.
Aunque están habiendo avances, la educación ha puesto demasiado énfasis en el desarrollo de la educación cognitiva (saber), ignorando, en gran medida el desarrollo personal (saber hacer) saber ser, saber estar y saber convivir. Y se ha convertido en un problema evidente, que está latente y que estamos viviendo las consecuencias que acarrea, como el aumento del estrés, la ansiedad, y la depresión, tanto en adultos como en niños y un largo etcétera.
Por esto mismo, damos apoyo a las familias, a las escuelas y profesionales educativos en este ámbito.
La persona adulta debe saber conectar con sus emociones para así lograr su propio bienestar personal y poder acompañar desde una mirada respetuosa a las personas que le rodean.
Nunca me cansaré de aprender, compartir y ayudar a otros que también quieren mejorar a nivel personal y profesional.