La clásica estructura empresarial organizada en jerarquías y con una base de trabajo individual está quedándose atrás. La pandemia de COVID-19 nos ha demostrado algo que, en parte, ya sabíamos: juntos somos más fuertes. En este sentido, la resiliencia en los equipos de trabajo está convirtiéndose en un factor decisivo para la supervivencia y el progreso de muchas empresas. ¿Conoces este concepto?
¿Qué es la habilidad de la resiliencia?
Podemos definir este término como la capacidad humana de salir más fuerte de las adversidades. Si esto te suena algo cursi o metafórico es, precisamente, porque nunca se le ha dado la importancia que en realidad tiene. ¿Por qué? En realidad, hasta antes de la pandemia, eso de unir fuerzas sonaba a fábula.
En la actualidad, la resiliencia forma parte del pensamiento colectivo. Hemos aprendido muchas cosas de esta pandemia, como la importancia del sistema sanitario o de la prevención de brotes en cualquier lugar del mundo. Las empresas, por su parte, también han aprendido bastante del «cerrojazo» que se vivió entre marzo y junio de 2020.
Por todo lo anterior, se trata de un valor universal que no solo es inherente al ser humano, sino a cualquier agrupación de estos. Los negocios pueden llegar a coordinar a un número enorme de personas, por lo que es necesario que implementen este valor dentro de su cultura organizacional y creen concienciación en toda la plantilla.
Si lo llevamos al tema que nos ocupa, un negocio con resiliencia es aquel que aprende de las dificultades y se supera a sí mismo. Y en consecuencia, un equipo resiliente se define por su capacidad de analizar las situaciones complicadas, compartir conocimiento con otros equipos y sumar las fuerzas de sus miembros para superarlas lo antes posible.
5 características de los equipos resilientes
Si trazáramos un perfil de un grupo de trabajo que practique esta forma de pensar y actuar, obtendríamos las siguientes particularidades:
- Muestra cultura de equipo: Esta se alcanza cuando un negocio adopta un enfoque de trabajo cooperativo y potencia el valor de grupo frente al individual.
- Está adaptado a las circunstancias: Para aprender de las adversidades, antes hay que acostumbrarse a estas. ¿Cómo hacerlo? Principalmente, a través de la anticipación.
- Tiene espíritu crítico: Hay que reconocer las situaciones críticas para poder aprender de ellas después. Esta es la base que permite evitarlas o superarlas más fácilmente en el futuro.
- Hay análisis objetivo: Un grupo con estas características sabe determinar el alcance de una adversidad y tomar decisiones rápidas para evitar que esta afecte gravemente.
- Posee una buena coordinación: Cada miembro sabe cuáles son sus funciones y qué papel tiene a la hora de aprender de lo sucedido y actuar basándose en ello.
Esta es la base de la habilidad de la resiliencia, que debe estar impregnada en la cultura empresarial. Esta será, igualmente, la base de las estrategias que vamos a trazar en la próxima sección.
4 estrategias para desarrollar resiliencia en tu equipo
Ahora que ya sabes los aspectos que definen los equipos de los negocios exitosos, vamos a darte cuatro pautas para que puedas fomentarlo en tu plantilla.
1. Fomentar la comunicación
¿Qué es lo que más hace falta para desarrollar la resiliencia? ¿Fuerza? ¿Optimismo? Nada más lejos de la realidad: hacen falta ideas. En las ocasiones más complicadas, puede resultar tremendamente difícil averiguar cómo salir más fuerte. Por ello, es esencial que todos los miembros de un equipo hagan brainstorming. Por ello es importante desarrollar las habilidades comunicativas.
2. Mejorar la improvisación
Las situaciones difíciles requieren tomar decisiones igual de acertadas que de rápidas. Esto le corresponde a un líder, pero, en el caso de grupos de trabajo, lo deben poder hacer todos los miembros. Es vital saber improvisar para reconducir las situaciones. Si queremos saber en qué hemos fallado y en qué hemos acertado, antes tenemos que actuar.
3. Ver los cambios como una oportunidad
Las empresas han afrontado numerosos retos y seguirán haciéndolo. Pero ¿es eso 100 % negativo? En realidad, todos esos desafíos han sido oportunidades para crecer. Los equipos deben identificar las oportunidades de expansión y superación, incluso en las situaciones más difíciles. ¿Cómo implantar este pensamiento? Un buen consejo es hacerlo a través de sesiones de capacitación. El Self-Management, también está considerado como una de las claves para adaptarse mejor a los cambios y lograr tus objetivos.
4. Colaboración intergrupal
Un grupo no puede comportarse como una unidad aislada del resto de equipos. Es primordial que haya buenas relaciones entre todos para que puedan unir fuerzas bajo las circunstancias más complicadas. ¿Y cómo se consigue? Muchos negocios han apostado por las convivencias para desarrollar relaciones más allá de lo profesional.
Si observas el futuro, verás cómo lo que tienes por delante son numerosos desafíos. La digitalización, el cambio climático, la competitividad… Todo eso forma parte de un panorama lleno de dificultades y oportunidades. Frente a estas, la resiliencia en los equipos de trabajo se ha consolidado como un factor determinante para el éxito que no debes dejar de inculcar.